Hubo una especie de revolución en el Aeropuerto de Ezeiza durante la noche del domingo argentino. Es que aterrizó Fernando Gago, quien este lunes firmará el contrato y dirigirá el primer entrenamiento. Y entonces apenas salió por la puerta de llegadas internacionales muchos fanáticos y periodistas lo rodearon.
Interpretando el momento y la expectativa, Gago se tomó unos segundos, se acercó a la prensa y, sin permitir preguntas, les agradeció a los hinchas de Boca por el cariño de estos días y dejó una frase: "Vuelvo a casa".
Gago regresa a Boca, al club en el que debutó en Primera División y que le permitió luego pegar el gran salto a Europa. Después, retornó como futbolista para su segunda etapa. Ahora será su primera vez como técnico xeneize.
Después de pasar como técnico por Aldosivi de Mar del Plata y por Racing, Gago estaba dirigiendo en México, a Chivas de Guadalajara. Tenía contrato, pero lo dejó de lado apenas recibió la llamada de Boca, lo que le generó algunas críticas. Ejecutó la cláusula de rescisión, resolvió todos los detalles contractuales con Juan Román Riquelme y tomó el avión a Buenos Aires.
Con 38 años, Gago llega a Boca para ordenar un vestuario golpeado, para lidiar con históricos cuestionados, para definir una identidad de juego y para pelearle al River de Marcelo Gallardo, con el objetivo máximo de conquistar la Copa Libertadores.
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El debut de Gago será el sábado contra Tigre, como visitante, por la liga. Cuatro días más tarde, el miércoles 23, el primer gran desafío, un partido eliminatorio por la Copa Argentina, contra Gimnasia La Plata, a todo o nada. Si Boca lo gana se instalará en semifinales. Y el campeón de esa competencia clasifica a la Copa Libertadores, a la obsesión xeneize… Gago lo sabe. No necesita que nadie se lo explique. Como él dijo, Boca es su casa…